Para disfrutar de la vida es importante ver, oír, tocar, sentir y degustar lo que nos rodea. Cada uno de nuestros sentidos nos ayudan a expresar una emoción, a dar sentido a las cosas, a aportar la información necesaria que necesitamos para vivir.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la mayoría de los órganos pierden facultades. Por ello, es fundamental acudir al médico períodicamente. De la misma manera, es fundamental que si las personas notan un problema, acudan a médico de inmediato.
Revisiones oculares
La prevención es clave para que nuestros ojos sigan funcionando correctamente. Hasta el 50% de los casos de pérdida visual se pueden prevenir con un diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado.
Por esta razón, el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas recuerda que un sencillo reconocimiento es el mejor aliado para conservar la vista en las mejores condiciones posibles.
Mediante un examen visual, el especialista óptico-optometrista no sólo es capaz de determinar si padecemos algún defecto refractivo, como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, sino que puede observar indicios de posibles anomalías que afectan a nuestra salud ocular, como las cataratas o las deficiencias visuales de las que inicialmente no somos conscientes.
A partir de los 55 años, extremar la precaución
En este grupo de población, el uso de corrección visual asciende hasta el 92% del total de la población. Y es que, además de la vista cansada, a partir de esta edad, las personas son más propensas a sufrir una serie de problemas de visión asociados al paso de los años, como las cataratas, el glaucoma o la DMAE.
A continuación, te exponemos los principales problemas visuales que afectan a la población demás de 50 años:
• Cataratas. Supone la principal causa de pérdida de visión entre las personas mayores de 55 años. Cuanto mayor es la persona, mayor es la probabilidad de aparición y progresión de las cataratas. Normalmente las cataratas se manifiestan por una lenta y progresiva disminución de visión: ésta aparece desenfocada o como si viera a través de un velo, y no mejora al cambiar de gafas. Además, se pierde la tonalidad de los colores.
• Glaucoma. Es un aumento de la presión intraocular, por falta de drenaje del humor acuoso, que produce lesiones en el nervio óptico con problemas en la visión y, si no se corrige a tiempo, puede llegar a producir ceguera.
• Degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Es una enfermedad degenerativa que afecta a la mácula y produce una pérdida de la visión central, imprescindible para leer, conducir, ver la televisión o reconocer caras.
• Desprendimiento de retina. Es un desgarro o separación de la retina del tejido subyacente. Puede estar causado por un traumatismo, problemas de salud como la diabetes o desórdenes inflamatorios. Si no se trata a tiempo, puede provocar una pérdida permanente de visión, por lo que, si se observan cambios en las manchas o destellos de luz, conviene acudir cuanto antes al especialista.
Diagnosticar a tiempo estos problemas puede salvarte de un caer en un problema de vista sin solución. De ahí, que sea tan importante acudir a las revisiones recomendadas, que a partir de los 50 años suelen ser anuales.
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