Ver la tele con la luz apagada, o utilizar un ordenador sin ningún punto de luz en la habitación, puede perjudicar tu vista. ¿Por qué? Porque el ojo es un órgano que se adapta a la luz que recibe. Cuenta con dos mecanismos que trabajan constantemente para que puedas ver correctamente el mundo que te rodea.
– Uno de los mecanismos es el iris. Es lo que da color a nuestros ojos, que a parte de cumplir con esta tarea es también un diafragma que se abre y cierra en función de la luz que le entra. Podemos observarlo en el puntito negro del centro del ojo, la pupila. Cuanto más pequeño es, más cerrado está el diafragma: señal de que hay mucha luz en el ambiente y no necesita estar más abierto. Sucede al contrario cuando la luz que hay es muy débil.
– El segundo mecanismo es la retina. Es la parte más sensible del ojo, por eso no está a la vista sino que se encuentra en su interior, protegida por el iris y la pupila. En la retina se encuentran los millones de receptores de luz, dinámicos y adaptables a nuestras condiciones de vida. Si normalmente estamos en medios con mucha luz, las células bajarán la sensibilidad para evitar que el exceso de luz sea perjudicial. Cuando estamos en medios con poca luz, las células se esforzarán en aumentar la sensibilidad. Por eso, cuando pasamos un rato a oscuras somos capaces de percibir estímulos visuales que antes eran invisibles (en los primeros segundos de exposición a la oscuridad).
Una vez explicado esto, es más fácil comprender por qué es malo ver la televisión o el ordenador con la luz apagada:
Estamos poniendo a nuestros ojos en una contradicción y sobre-esfuerzo. Recibimos un fuerte estímulo luminoso de una pequeña parte de nuestro campo visual (la pantalla), mientras que el resto de campo, la gran mayoría, está completamente a oscuras. Esto hace que nuestro ojo quiera adaptar el iris y los receptores de luz a la intensa iluminación de la pantalla y a su vez a la pobrísima iluminación del entorno. Nuestro cerebro entiende que estamos en un entorno de oscuridad aunque estemos concentrando la vista en un punto muy iluminado, de manera que manda la orden de aumentar la foto-sensibilidad, el diafragma se abre y es entonces cuando nuestro ojo se fatiga.
Ver pantallas a oscuras no va a lesionarte de forma permanente ni va a provocarte pérdidas visuales, pero sí va a debilitar los mecanismos de tus ojos, puede provocar fatiga visual, cansancio e incluso síntomas como dolor de cabeza, lagrimeo y visión borrosa.
¿Cómo puedes evitarlo?
Tan fácil como encender una pequeña luz que proporcione iluminación indirecta, que nos pasará desapercibida pero bastará para que nuestro campo de visión periférico esté ligeramente iluminado y nuestro ojo no se sobrecargue.